chequen:
- Y como hombre ¿qué ve en una mujer?
- Me enamoro de la dulzura, la calidez y el sentido del humor. Es el sentido del humor compartido el que nos ha mantenido unidos a mi esposa y a mí durante toda una vida.
- ¿No le tentó la poligamia habitual entre nuestros hermanos primates?
- El hombre, en realidad, es monógamo.
- ¿Aunque lleve su monogamia en secreto?
- Usted lo cree irónico, pero acaba de decir una gran verdad. En muchas culturas, el poderoso se ve obligado a ser polígamo, porque la posesión de muchas esposas es un signo más de estatus. Pero, aunque haya muchas concubinas, siempre existe una favorita: eso en puridad zoológica se llama monogamia.
- O sea, que lo de "dos mujeres a la vez" es biológicamente improbable.
- Puede haber dos mujeres a la vez, pero en realidad hay una esposa y la otra. Siempre hay una que es la mujer. La otra tiene un papel secundario que complementa más o menos al varón, pero su inversión emocional, el varón la realiza sólo en una mujer, una pareja, aunque, por supuesto, ese lugar prioritario en sus afectos y su economía pueden ir ocupándolo diversas señoras sucesivamente.
- ¿Por qué somos seres de una sola mujer?
- Porque sólo podemos preocuparnos realmente de una camada, aunque podamos haber engendrado varias. Y la naturaleza jerarquiza nuestra dedicación para optimizar las posibilidades de éxito sucesorio.
- ¿No hubo nunca un polígamo de verdad?
- Con mi equipo de investigadores y antropólogos estuvimos buscando por todo el planeta al menos un caso de poligamia real, es decir, un polígamo que diera exactamente el mismo trato a todas sus hembras y los descendientes que tuviera con cada una.
- Y...
- No lo hallamos. Filmamos a un famoso brujo y cantante de rock en Camerún que había llegado a coleccionar hasta 58 esposas...
- Debió de pasarlo fatal, el pobre.
-... pero siempre tenía una favorita...
- Ella. Siempre ella.
-... aunque nuestro brujo rockero celebraba una gigantesca fiesta de esponsales cada vez que cambiaba de favorita.
- Pues como tantas celebridades del rock.
- ¡Y todas las chicas del coro estaban casadas con él! En realidad era monógamo, aunque, para aparentar ante la tribu, el pobre hombre se veía obligado a parecer polígamo.
- Agotador.
- Lo mismo sucedía con un rey de Tahití que investigamos: llegó a tener 28 esposas repartidas cada una en una casa por la isla. Pero siempre había una con la que estaba más tiempo y cuya progenie protegía con más dedicación y recursos. El hombre puede tener muchas parejas, pero una sola dueña.
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Y no lo dice cualquiera eh? Es un zóologo experto!! Acabo de encontrar el fundamento teórico de lo que toda la vida he intuido...Siempre hay una que es la ganona!!
Me lo robé de: www.sexacionaldeburocratas.blogspot.com